MES DE SAN JOSÉ, día 30, San José, blanco de los obsequios y ternuras de Jesús y María

En el nombre del Padre…

Oración inicial

Oh, Dios, sostenidos por el patrocinio del Esposo de tu Santísima Madre, suplicamos, Señor, a tu clemencia, nos concedas que nuestros corazones desprecien todas las cosas terrenas, y te amen a ti, verdadero Dios, con caridad perfecta. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Oración del día (en la imagen)

Entra en aquel taller. Los besos y caricias de Jesús para José. Los cuidados tiernos de María para José. Recibían mucho de él. Pero, ¡cómo correspondían! Al calor de este cariño piensa un momento: Jesús y María, ¿ven en ti al amante estusiasta de José? Tú eres para ellos como una prolongación del centro de sus amores. Ama a José con amor de imitación. Jesús y María, enseñadme a honrar como vosotros a José. 

Pídele: Oh, San José, enséñame a apreciar como único premio de mis desvelos el cariño de Jesús y María. San José, objeto predilecto del amor de Jesús y María, ruega por nosotros.

Deprecaciones

Oh, glorioso Patriarca San José, a vos venimos para veneraros como al más fiel esposo de la madre de Dios, como cabeza de la familia más santa y como padre nutricio del Hijo de Dios.

R: San José, custodio de las vocaciones sacerdotales, ruega por nosotros.

Oh, glorioso patriarca San José, en vuestra persona honro la elección de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo que os confió los primeros misterios de la salvación.

R: San José, protector del seminario, ruega por nosotros.

Oh, glorioso patriarca San José, os ensalzo porque habéis llevado en vuestra manos al Niño Dios, estrechándole a vuestro pecho, transportado de alegría.

R: San José, patrón de la Iglesia universal, ruega por nosotros.

Oración final

San José, custodio amante de Jesús y de María, enséñame a vivir siempre en tan dulce compañía. Sé mi maestro y mi guía en la vida de oración, dame paciencia, alegría y humildad de corazón. No me falte en este día tu amorosa protección, ni en mi última agonía tu piadosa intercesión. Amén.

Despedida

Bendita sea la grandeza que el Señor te concedió, que por esposa te dio a la celestial princesa.

R: Por dignidad tan excelsa, José, Esposo de María, te pido desde este día, con todo mi corazón, me mires con compasión y me asistas en la agonía.

Sagrado Corazón de Jesús,

R: en Vos confío.

Inmaculado Corazón de María,

R: sed nuestra salvación.

Jesús, José y María,

R: Os doy el corazón y el alma mía.

Ave María Purísima.

R: Sin pecado concebida.

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